Dambulla Sri Lanka: día 2

El despertador suena a las 07:00h y eso qué significa, ¡que empieza, ahora sí, nuestro primer día en Sri Lanka! Nos levantamos cansados, yo muchísimo porque casi no he dormido en toda la noche… Espero ir recuperándome a lo largo de la mañana, ya que no me quiero perder nada de esta fantástica primera jornada.

Toca ducha, esta vez sí con agua del grifo como toca y no sabéis qué bien nos sienta; vestirse y recoger todo. Nuestra estancia en Negombo ha sido corta, ya que habíamos leído que no valía mucho la pena quedarse más tiempo aquí, por eso cuando estábamos planificando la ruta descartamos inmediatamente la opción de quedarnos otro día más.

En este viaje llevaremos un ritmo trepidante, prácticamente cada noche dormiremos en un pueblo diferente, así que cada día toca recoger el equipaje o mejor dicho, no deshacerlo nunca. Bajamos todas las mochilas y Anton llega puntual a la hora acordada.

Pero antes de irnos, el propietario de la guesthouse, al haber tenido el problema la pasada noche con el agua, nos quiere invitar a un café y unos rotis de coco. Habíamos leído sobre estos rotis, es uno de los platos típicos del desayuno ceilandés. Así que no decimos que no y obviamente accedemos a degustar esta invitación. Y los rotis estaban muy ricos.

Después de este mini desayuno, nos despedimos de nuestro amigo escocés Johnny, nuestro vecino que intentó ayudarnos muy amablemente con el problema del agua, y nos subimos al coche. Primera parada de hoy: el orfanato de elefantes de Pinnawala. Nos quedan por delante aproximadamente unas 3h de trayecto.

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Orfanato de elefantes de Pinnawala, Sri Lanka

Por el camino vamos observando por la ventana del coche todo lo que sucede a nuestro paso… Pasamos por un pueblo de dónde es típico el kayu y nos paramos en un puestecito de la calle a comprar varios paquetes de anacardos que es la fruta del kayu. Nos gustan mucho los frutos secos y compramos varios paquetes. ¡La merienda perfecta! Unos ricos y auténticos anacardos ceilandeses.

Llegamos a Pinnawala y tras comprar las entradas, nos vamos directos al río cercano al orfanato porque en estos momentos están bañando a los elefantes. ¡Ya queda menos para verlos en vivo y en directo! Y en menos de cinco minutos llegamos y allí están, en frente de nosotros, un gran grupo de elefantes bañándose y divirtiéndose en el río.

No podemos dejar de observarlo todo, todos sus movimientos, unos se rebozan de tierra en el fondo, otro se separa del grupo, otros dos se dan mucho amor, a otro lo baña su cuidador… Parece que están disfrutando mucho, tanto como cuando los niños se lo pasan en grande en su hora del recreo. Pero para niños nosotros, yo estaba allí como una niña de pie, embobada, con los ojos como platos, con una sonrisa tonta y una emoción en el cuerpo increíble. Es la primera vez en mi vida que veía elefantes y yo estaba allí literalmente alucinando.

Estuvimos allí de pie en la orilla del río un buen rato, hasta que llegó el momento de irse a casa. En ese momento empieza un desfile de elefantes que pasan por delante nuestra a menos de un metro. ¡Son realmente impresionantes! Después, los seguimos como si de una procesión se tratara.

Por vivir momentos como estos vale la pena desplazarse hasta países como este. Y con una gran sonrisa en la cara nos vamos hasta el orfanato, el recinto dónde cuidan a estos 88 ejemplares de elefante que viven actualmente en el orfanato de Pinnawala.

Entrada al Orfanato de Pinnawala

Precio de la entrada al orfanato de Pinnawala: 2.500 rupias por persona.

Nada más entrar, nos dirigimos a la gran explanada dónde se encuentra la gran mayoría de elefantes y allí a menos de un metro los tienes a todos. Nos acercamos tanto, que hasta pudimos acariciar a unos cuantos… ¡Aix qué tacto más raro, piel rugosa y dura! ¡Primera vez en la vida que no solo vemos elefantes tan cerca, sino que encima los tocamos y jugamos con ellos! Qué majos, jugueteando con su trompa que casi nos toca la cara, como si de una mano humana se tratara.

¡Cómo un animal tan grande puede transmitir tanta ternura! Nos encantó la experiencia, ¡nos chifló! Y tras estar un buen rato allí mirando, observando, haciendo vídeos, fotos… Nos vamos a ver a los puppies que están separados de los mayores. De hecho los tienen en otro recinto, como encerrados, algo que no nos gustó tanto. Esto nos dejó con un sabor agridulce…

Dambulla, Sri Lanka

¡Hemos visto elefantes y los hemos tocado! Primer objetivo de este viaje conseguido. Próxima parada: Dambulla. En esta aventura no hay tiempo que perder y hoy nos espera bastante coche. Ahora nos tocan unas dos horas y media más de trayecto. Tiempo que al final se convierte en más porque se pone a diluviar. ¡Si es que no hay viaje en que la lluvia no nos acompañe!

Llegamos a Dambulla sobre las 15:00h de la tarde, chispea un poco, está muy nublado y con niebla. No pasa nada, así la atmósfera acompaña a la visita de las famosas cuevas, un complejo de cuevas con templos en su interior, situadas en la parte superior de una gran roca de unos 160 metros de altura. Visitaremos las 5 cuevas principales y en su interior descubriremos estatuas y pinturas del siglo I AC. No es de extrañar que fueran declaradas en 1991 Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Cuevas de Dambulla, Sri Lanka

En la entrada a las cuevas de Dambulla hay una gran explanada con una gran dagoba dorada y en frente una gran estatua de buda dorada que nos da la bienvenida. Después de comprar los tickets empieza el ascenso hasta la parte más alta de la roca dónde nos espera la visita.

Nos disponemos a subir las escaleras hacia las altas cumbres de Dambulla para llegar hasta su más preciado tesoro. Un conjunto de 5 cuevas que esconden en su interior frescos y preciosas estatuas de buda a los que los peregrinos visitan para rezar y dar sus ofrendas. Dicen que desde arriba hay unas magníficas vistas panorámicas a Dambulla y alrededores, vistas que nos perderemos ya que está lleno de niebla.

NOTA: La subida no es muy complicada, pero hay un largo tramo de escaleras en cuesta que subir. Hay que entrar con hombros y rodillas tapadas y descalzos.

Para entrar en las cuevas hay que quitarse los zapatos, que se dejan en un guarda zapatos de la entrada (25 rupias por persona), y no se puede acceder mostrando los hombros ni las rodillas. Por respeto, en los templos budistas hay que taparse. Nos quitamos zapatos y nos ponemos nuestros sarongs balineses que nos hemos traído desde Indonesia, un gran acierto haberlos metido en la mochila.

Empezamos la visita por la primera de las cuevas y así entramos de forma ordenada en todas para descubrir qué se esconde en su interior. Así, hasta llegar a la última y más pequeña. Nos sorprende sobre todo el tamaño de las grandes estatuas de buda que hay en cada una de ellas. ¡Enormes e imponentes!

Tras la visita, recuperamos nuestros zapatos, nos quitamos los sarongs y antes de bajar , Juanjo observa a los monos juguetones que hay en los alrededores de las cuevas.

Nuestro primer Sri Lankan Rice & Curry

Parece mentira lo rápido que pasa el tiempo, porque sin darnos cuenta ya casi es de noche y estamos sin comer. Bueno, a esto le ponemos remedio rápidamente. Anton nos lleva a un restaurante para comer o cenar algo, como prefiráis llamarlo. Y hoy sí, decidimos que ha llegado el momento de probar el famoso sri lankan rice & curry.

Ahora mismo no sabría ni mencionar los nombres de todos los acompañamientos diferentes con los que te sirven el plato de arroz. Solo recuerdo que estaba todo muy spicy. Pero no nos quedamos sin probar nada, eso sí, imposible terminárselo ¡La boca ardía literalmente! Y aunque parezca mentira, nuestro estómago lo resistió. Primer rice & curry degustado.

Traslado a Sigiriya, Sri Lanka

Mientras comemos se ha hecho de noche, lo que significa que llega el momento de ir al alojamiento dónde dormiremos esta noche y la que viene. Nos quedamos dos noches en Sigiriya, ya que por la ruta que hemos diseñado es necesario quedarse durante dos jornadas completas en este punto del mapa.

Alojamiento en Sigiriya, Sri Lanka

Para ello, hemos elegido el Liyon Rest y sus preciosas cabañas en medio de la naturaleza. Si queréis conocer todos los detalles sobre este y otros alojamientos de nuestra aventura por Sri Lanka, no dejéis de leeros el post en el que hablamos exclusivamente sobre el Alojamiento en Sri Lanka.

Nos enseñan la que será nuestra casita durante dos días y tenemos que decir que nada más entrar ya nos quedamos encantados. Nos recibieron con un delicioso té ceilandés, que nos tomamos muy relajadamente en la terracita de la cabaña. Fue un momento de relax maravilloso. ¡Cuánto agradecimos ese té! Después nos dimos una ducha y nos metimos en la cama a repasar las fotos que habíamos hecho y a recordar lo vivido en este primer e intenso día. ¡Hemos visto y tocado elefantes por primera vez! ¡Wow, todavía no nos lo creemos!

Hemos visto el primero de los muchos Patrimonios de la Humanidad que visitaremos en este viaje y hemos probado el primer rice & curry. Mañana nos espera otro gran día y esperemos y rezamos que sea sin lluvia. ¡Os lo contamos todo en la próxima entrega!

¡Estaremos encantados de compartir con vosotros nuestras aventuras viajeras!

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