Anuradhapura Sri Lanka

En el día de hoy visitaremos las sagradas Anuradhapura y Mihintale, y subiremos a Pidurangula Rock. ¡Os lo contamos todo con detalle!

Amanece un nuevo día en la lágrima del Índico y parece que ha salido el sol. Me encanta despertarme, salir fuera y ver la paz y la tranquilidad que hay en este sitio. Y un día no empieza bien sin un buen desayuno. Hoy nos sirven de nuevo delicioso té, café, tostadas con mantequilla y mermelada, mini bannanas y deliciosos rotis de coco (tortitas de coco). Ya os dije en el anterior post que mi comida favorita del día es el desayuno, para mi un buen hotel tiene que servir un buen desayuno, y este tiene un excelente desayuno y casero. ¡Delicioso!

Os lo recomendamos no solo por el desayuno, que será el mejor de todo el viaje, sino también por sus cabañitas, situación, atención y entorno. Recordad que tenéis un post exclusivo de Alojamiento en Sri Lanka.

CONTENIDO DEL POST

Pidurangala Rock

Aquí no hay tiempo que perder, ni tiempo de deshacer las maletas, cargamos de nuevo el coche con todo y nos vamos a escalar. No queremos irnos de Sigiriya sin antes ver la gran Roca del León desde otra perspectiva, desde otra roca sagrada que está justo en frente llamada Pidurangala. Son poco más de las 8:00h y ya estamos allí, parece que no hay nadie… Esta es una atracción quizás menos turística que el resto que hemos visitado hasta ahora, pero no por ello menos impresionante.

Como en todos los sitios sagrados hay que taparse las rodillas y en este caso no hay que pagar entrada pero sí dar una donación. Nosotros dimos 1.000 rupias. Y tras nuestro donativo, empezamos a subir escaleras hacia arriba y lo primero que hacemos es pararnos en un pequeño templo que te encuentras durante el ascenso.

Coste: la entrada es gratuita pero se tiene que dar una donación.

Recomendamos llevar ropa cómoda y buen calzado, porque el acceso a Pidurangala es complicado.

Cómo subir a Pidurangala Rock

Mientras estamos subiendo empieza a nublarse y de repente nos cae otro chaparrón encima. ¡Qué suerte la nuestra! Nos refugiamos debajo de unas grandes cuevas hasta que para de llover y seguimos el ascenso.

La peor parte de la subida es la última, que hay que trepar por encima de rocas enormes, y si a eso le añades resbaladizas, ¡imagínate! El camino hasta la cima no tiene pérdida porque hay flechas de colores dibujadas en las rocas durante todo el trayecto como las que os enseñamos en la imagen de abajo.

Y por fin, estamos arriba. ¡Yujuuuu! Cuesta más subir Pidurangala que la Roca de León, os lo puedo asegurar. Cuando llegamos hay justo un gran nubarrón delante de Sigiriya Rock, pero poco a poco como por arte de magia la niebla y las nubes se disipan, vemos algunos rayos de sol y de fondo se vislumbra la silueta de la Roca de León.

Nos quedamos allí sentados, inmóviles, observando la gran belleza que tenemos ante nosotros. No sé si incluso más bonito que las vistas que hay desde la mismísima Lyon Rock. Es un sitio mucho menos concurrido y desde dónde se ve a la perfección esa roca tan fotografiada por todos los que visitamos Sri Lanka.

¡Una panorámica realmente espectacular y sorprendente! Y con esa imagen en nuestra retina y felices, iniciamos nuestro descenso.

Mihintale

Volvemos a la carretera y ponemos rumbo a nuestro próximo destino: Mihintale, un pequeño pueblo situado a pocos kilómetros de Anuradhapura, y que nos apetecía mucho visitar. Es conocido por su precioso complejo de templos. En una hora y media de coche llegamos a Mihintale.

Compramos las entradas y a que no sabéis quienes son las ricas criaturas que nos reciben. ¡Los monos! De nuevo estos traviesos animales viven en los alrededores de este complejo para hacernos la visita un poco más divertida.

Hay que subir 221 escalones para llegar al punto dónde dejaremos de nuevo nuestros zapatos para entrar al lugar sagrado. Tras esto, nos toca subir unos cuantos escalones más pero esta vez ya descalzos, hasta que llegamos a la explanada principal de Mihintale dónde hay una gran dagoba con columnas a su alrededor. Lo primero que hacemos es ascender a la Roca de la meditación o Aradhana Gala, que nos llevará al punto más alto desde dónde conseguiremos unas preciosas vistas de todo el complejo.

Recordad que vamos sin zapatos, primera vez en nuestra vida que escalamos una roca descalzos. Son muchos los locales que se acercan hasta el recinto para rezar a sus dioses y la mayoría realizan también este ascenso hasta la Roca de la meditación. Merece la pena subir hasta allí arriba para conseguir una imagen como esta. Hay unas vistas de 360 grados realmente preciosas.

  • Coste: el precio de la entrada es de 500 rupias por persona.

Qué ver en Mihintale

Tras esto visitamos la gran dagoba de Mihintale que hay en lo alto de otra gran colina, desde donde se ven hasta las enormes dagobas de Anuradhapura. Junto a ella hay un pequeño templo donde encontramos una enorme estatua de buda tumbado pintada con colores muy llamativos, muy diferente a todas las que habíamos visto hasta ahora.

Bajamos de nuevo hasta la gran explanada y desde allí decidimos subir a visitar una bellísima estatua de buda de color blanco. Subimos estos escalones casi corriendo, el sol aprieta y el suelo quema, ¡y vamos completamente descalzos! Es la misma sensación que vivimos en verano cuando estamos en la playa y nos queman mucho los pies sobre la arena. Pues igual, pero sin estar en la playa. Pero merece la pena quemarse los pies, para ver de cerca esa estatua de buda sentado blanca y reluciente. ¡Cómo destaca sobre su fondo verde! Así que nos tomamos unos minutos para contemplarla tranquilamente y fotografiarla.

Y con esto ya hemos completado la visita a Mihintale. Bajamos escaleras de nuevo y nos cruzamos con muchos peregrinos ceilandeses vestidos de blanco, el color sagrado.

Anuradhapura

Recuperamos los zapatos y ponemos rumbo a nuestro próximo destino: Anuradhapura. Vamos a conocer esta ciudad declarada Patrimonio Mundial por la Unesco desde 1982 y la que llegó a ser en su día capital de Sri Lanka. Las dimensiones de estas ruinas son enormes y de gran valor arquitectónico y cultural. Es una de las visitas imprescindibles si se viaja al país. Se necesitan varios días para conocer en profundidad este gran complejo, pero nosotros solo disponíamos de unas horas antes de que se hiciera de noche para ver los puntos más características e importantes de la ciudad.

Ruvanvelisaya

No hace falta que digamos que es necesario quitarse los zapatos, así como taparse rodillas y hombros descubiertos para poder entrar en el recinto. Empezamos visitando Ruvanvelisaya Dagoba , una estupa enorme de color blanco, de nada más y nada menos que 55 metros de altura envuelta por una cinta de intensos colores. Ponerse a su lado hace que te sientas muy pequeño.

La observamos desde todas sus perspectivas posibles, rodeándola según el sentido de las agujas del reloj. De igual modo que en Mihintale son muchas las familias de peregrinos que se acercan a estos recintos para orar a sus dioses, encender velas y traerles ofrendas.

En este recinto (Mahavihara) queríamos visitar también el conocido árbol sagrado, Sri Maha Bodhi, pero estaba cerrado durante unas horas y no pudimos verlo. ¡Una pena! Por cierto, puntualizar que no pagamos entrada para acceder.

Isurumuniya Vihara

Seguimos la visita en un templo budista construido por el Rey Tissa. Un recinto pequeño en el que hay varios templos y un mirador desde donde se obtienen otras preciosas vistas de los alrededores, hasta podemos ver la gran dagoba blanca de Mihintale que hacía unas horas habíamos visitado.

  • Coste: el precio de la entrada a Isurumuniya Vihara es de 200 rupias por persona.

Mirisavatiya Dagoba

Tras esta breve visita, nos dirigimos a otra preciosa dagoba blanca, más pequeña que la primera que hemos visitado, pero igual de bella, construida en el siglo II AC. Aunque creíamos que se tenía que pagar, nosotros accedimos de forma gratuita.

Jetavanarama Dagoba

Y no podíamos irnos de Anuradhapura sin ver esta importante dagoba, conocida a nivel mundial por ser una de las estructuras más altas del mundo antiguo, con una altura aproximada de 122 metros, superada únicamente por las pirámides de Ginza en Egipto. Aunque actualmente tan solo mide unos 70 metros. ¡Su tamaño impresiona desde la distancia!

La verdad es que faltaba poco tiempo para que se hiciera de noche, todavía no habíamos comido, y no nos apetecía gastarnos 50€ más para ver esta dagoba de cerca. Así que Anton decidió ir con el coche por caminos secretos, pudiéndonos saltar los controles de la policía, hasta acercarnos al recinto donde se aloja esta gran estructura. Debido a su gran tamaño no fue nada complicado poder disfrutar de su inmensidad desde lejos. Nosotros con esa imagen nos quedamos ya contentos.

Dónde dormir en Anuradhapura

Con la daboga de Jetavaranama terminamos nuestro recorrido por las reliquias arquitectónicas de Anuradhapura y nos vamos directos a comer. Son casi las 18:00h de la tarde y solo podemos pensar en comer, ¡qué hambre! Y hoy volvemos a degustar un auténtico rice & curry. ¡Delicioso y muy, muy, muy picante! Ya con el estómago lleno, es hora de hacer el check in en el hotel dónde dormiremos esta noche: Rajarata Lodge.

Estamos agotados, recordad que a las 08:00h de la mañana ya estábamos escalando una roca… Llevamos tres días completos en Sri Lanka y no hemos parado, este ritmo de viaje es frenético, nos encanta y no nos quejamos porque somos de los que les gusta aprovechar el tiempo al máximo, pero sí que es verdad que el agotamiento hoy ya se nota. Después de una buena ducha, nos tiramos en la cama y aprovechamos para ver las fotos que hemos hecho y escribir las ideas principales del día para el blog. Como hemos vuelto a comer tarde, hoy tampoco cenamos, y nos quedamos fritos en la cama… ¡Vamos a reponer fuerzas para todo lo que nos queda de viaje por delante!

Hoy hemos conseguido una imagen realmente espectacular de la Gran Roca del León, hemos visitado las ciudades sagradas de Mihintale y Anuradhapura y conocido muy de cera la cuna del budismo ceilandés.

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